La pederastia posee una complicada y polémica genealogía de sentido que cubre un arco temporal que se inicia a mediados del siglo XIX al presente, marcada por los embates de la modernidad y sus modas replicantes.
Su sentido fuerte radica en el ejercicio de la violencia sexual contra un menor de edad. Los primeros estudios sobre la pederastia en el siglo XIX subrayaron el hecho de que siendo sus manifestaciones bastante frecuentes en las instituciones educativas o en los seminarios de formación religiosa; La pederastia siempre está inscrita en un tejido de relaciones que no está desvinculado de su malla jerárquica y disciplinaria. Supone una relación de dominación sobre la víctima que va más allá de su componente sexual explícito, la cual es reforzada por los signos culturales de la edad y la condición de figura de autoridad (maestro, sacerdote) que ostenta el victimario.
El pederasta eclesial se ampara muchas veces en su triple condición de autoridad religiosa, moral y docente. Pureza y mácula en la retórica intraeclesial tienden a yuxtaponerse a la relación entre el sacerdote pederasta y su víctima o víctimas. A la sexualidad pederasta que inflige daño al menor en estado de indefensión, se suma el daño crónico que ejerce el sacerdote pederasta revestido de poder, sobre la subjetividad de su víctima, a través de la de la culpa, el temor, y la vergüenza del honor mancillado. En 2012 los Legionarios de Cristo, El Vaticano ha hecho público el procesamiento de siete de sus integrantes por el mismo crimen, pero silencia que sus víctimas, usualmente niños, niñas, adolescentes y jóvenes no serán objeto de reparación alguna. No se les pedirá perdón y menos se les ofrecerá cubrir los gastos de su atención psicológica o una indemnización económica, seguirán la misma práctica del arrepentimiento simulado con avaricia.
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https://www.bbc.com/mundo/noticias-64127020
Los Legionarios persisten celosamente en maquillar su imagen pública, a costa de sacrificar un bien común pero ajeno: el de las víctimas. El celo canónico frente a las herejías se vuelve condescendiente frente a los “pecados de la carne” y los daños y agravios diversos con los que fueron marcadas sus pequeñas e indefensas víctimas. niños entre 9 y 14 años.
Erik Rivelo muestra la violencia que sufren algunos niños en el mundo en su proyecto artistico llamado Los Intocables donde el Artista »crucifica» niños como protesta.
Campaña de denuncia de Erik Ravelo:
La compaña consiste en una falsa crucifixión de niños, representando en cada una de las fotografías el tipo de maltrato que pueden sufrir los niños actualmente. La obra lleva por nombre «Los Intocables» y como ya se mencionó es una denuncia al maltrato infantil, entre las siete imágenes podemos destacar:
Temas como la pederastia, la venta de órganos, los tiroteos escolares y la prostitución, son los que retrata el artista cubano Erik Ravelo en su reciente trabajo «Los Intocables». Las imágenes circulan con fuerza en redes sociales y la polémica se desata.
Conocido por su trabajo con la marca United Colors of Benetton: un trabajo titulado »Unhate» con imágenes que dieron la vuelta al mundo, mostrando a líderes mundiales besándose. El artista publica en su blog un video donde aparecen crucificados algunos niños, exponiendo la violencia que sufren algunos por parte de los adultos en diversas situaciones. Las veces de la cruz se alterna entre un sacerdote, representando el tema de la pederastia; un turista con cámara fotográfica en mano, tocando la prostitución infantil en Tailandia es un país del Sudeste Asiático; un soldado, hablando de los infantes muertos en Siria o El Estado de Palestina en 2023; un enfermero, sobre el tráfico de órganos en el mercado negro; un civil con armas en las manos, recuerda a los tiroteos en Estados Unidos y el famoso payaso de una cadena de hamburguesas internacional, una protesta por la obesidad infantil afección de los niños caracterizada por un importante sobrepeso para su edad y altura. La obesidad infantil puede provocar diabetes, presión arterial elevada y niveles de colesterol altos. Es posible que el único síntoma que se manifieste sea el peso corporal por encima de lo normal. Una de las mejores maneras de conseguir un peso saludable en un niño es mejorar los hábitos de ejercicio y la dieta de toda la familia. Algunos comentarios en redes sociales alaban el trabajo de Ravelo. la verdad llama a la reflexión y por su puesto a la confrontación.
ERIK RAVELO, en su obra titulada LOS INTOCABLES nos comunica su idea de los nuevos Cristos, víctimas inocentes de los daños creados por una cultura cruel y consumista, en la obra Los Intocables hay algunos temas que, necesitan ser vistos, analizados y explicados por personas que no sólo tengan la sensibilidad, sino también las habilidades. Censurado de inicio la plataforma de redes sociales FACEBOOK cancelo la cuenta del artista cubano Erik Ravelo. Sin embargo hoy en día podemos asegurar que el tema se conoce masivamente, el artista es quien manipula la realidad y nos permite acercarnos al tema escabroso que nos tortura y angustia. Porque sabemos indefensas a las victimas, pero no somos una cultura sin información, compartimos estos temas porque los conocemos como parte de una fractura social y política que necesita ser reparada.
El fotógrafo cubano, Erik Ravelo, ha vuelto a revolucionar las redes sociales con su nuevo trabajo, una serie de siete imágenes que denuncian el maltrato infantil.
La obra se conoce por el nombre de ‘Los Intocables’ y pretende representar el dolor que sufren los niños en diferentes países. El mensaje es claro y directo: unos niños crucificados, cada uno por una
razón diferente, creando conciencia sobre el derecho a ser protegidos.
La primera fotografía representa el abuso que sufren muchas niñas en Tailandia, paraíso de la prostitución infantil. La segunda se refiere a la pedofilia en la Iglesia; la tercera, al tráfico de órganos
en el mercado negro, en el que las primeras víctimas son los niños de los países tercermundistas. El tema de la cuarta foto es la guerra de Siria y sus consecuencias en los niños; la quinta representa la venta libre de armas en Estados Unidos; la sexta, está dedicada a la obesidad infantil provocada por las grandes empresas de comida rápida, y la última tiene por ‘leitmotiv’ el accidentes nuclear de Fukushima (Japón).
Erik Ravelo no se puede definir como un artista: Erik es un comunicador. Forma parte de esa «rama» del diseño que hasta la fecha se ha definido como Diseño Crítico. Hacer diseño no es una cuestión
estética, como tampoco lo es hacer moda (no en vano la definición más correcta de moda es diseño de moda): diseño significa sobre todo crear, inventar, engendrar, procrear, imaginar, concebir, instaurar, fundar, establecer, instituir, legitimar, nombrar, designar, elegir, y en el caso de un diseñador «crítico» significa diseñar una crítica, es decir crear un objeto (real, inmaterial, imagen, vídeo, sonido) que permita a quienes lo ven, a quienes lo escuchan, a quienes lo utilizan examinar, evaluar y emitir un juicio sobre las ideas, sobre el conceptos que ese objeto quiere expresar metafóricamente. Es un tipo de diseño despiadado, destinado a provocar, inspirar, hacer pensar y sorprender. Erik ya lo había hecho con la campaña UNHATE, impulsada por Benetton, cuyo centro era el beso, símbolo universal del amor. A través de una serie de fotografías retocadas logró besar a líderes políticos y religiosos como el presidente Barack Obama y el líder chino Hu Jintao. Imágenes simbólicas de reconciliación con un toque irónico pero sobre todo con una provocación precisa y construida para estimular la reflexión sobre cómo la política, la esperanza y las ideas, aunque sean diametralmente opuestas, deben dialogar y mediar entre sí. La nueva campaña creada por Erik, esta vez no promocionada por una marca y por tanto potencialmente más cercana a una obra de arte que a un diseño crítico, se titula Los Intocables. Las imágenes elegidas son sencillas pero hábilmente construidas en serie, como si de una campaña de carteles se tratara. Y la palabra publicación en este caso no es casual.
Cada obra (es correcto llamarla así) se compone de dos elementos principales: un hombre, de edad adulta, colocado para simbolizar una cruz, y un niño, de frente, «crucificado» en esta cruz. Es la idea de los «nuevos Cristos», de las víctimas inocentes que ha provocado la decadencia de nuestra civilización, los daños creados por una cultura cruel, brutal y consumista. No se trata sólo de violencia (y esto es lo que más me llamó la atención): la crítica de Erik utiliza el mismo lenguaje visual para hablar de muchos tipos de violencia. Va desde la violencia más clásica y ahora (lamentablemente) conocida como la que sufren los niños a manos de curas pedófilos, hasta la violencia de las donaciones ilegales de órganos; desde la violencia contra civiles en las guerras, hasta el turismo sexual (de niños) propio de algunos países, especialmente en Asia; desde la incontrolable «libertad» estadounidense de poder utilizar armas que provocan masacres en guarderías y escuelas, hasta el consumismo desenfrenado de la «comida drogadicta» que se traduce cada vez más en una población insalubre; hasta el deseo de crear energía a través de fuentes que no son precisamente seguras como la energía nuclear, resultando muchas veces en enfermedades y muerte de todas las personas que viven en esas ciudades o en esas zonas. La
síntesis y la inmediatez de estas imágenes me desafiaron significativamente. Nos obliga en unos segundos a darnos cuenta de lo que nos rodea hoy, a lo que la comunicación excesivamente saturada y ultraviolenta de los medios de comunicación nos está haciendo poco a poco «acostumbrarnos» en una escalada de indiferencia que nos hará cada vez menos críticos. El arte es conmoción o no es arte.
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