Día Internacional de la Educación 24 de enero

Aprender para una paz duradera 

El aprendizaje para la paz debe ser transformador y contribuir a dotar a los estudiantes de los conocimientos, valores, actitudes, competencias y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus propias comunidades. Los cimientos de las sociedades más pacíficas, justas y sostenibles se sientan a través de la educación, una fuerza que impregna todas las facetas de nuestra vida cotidiana y nuestras perspectivas generales. Frente a la escalada del cambio climático, la erosión democrática, las desigualdades persistentes, la creciente discriminación, los discursos de odio, la violencia y los conflictos en el mundo, la educación emerge como una poderosa herramienta para abordar y prevenir estos retos en el futuro. Además, cuando se configura y aplica eficazmente, la educación es una inversión a largo plazo con rendimientos al alza. Un compromiso activo con la paz es hoy más urgente que nunca y la educación es fundamental en este empeño.

El mundo asiste a una oleada de conflictos violentos paralela a un preocupante aumento de la intolerancia y la discriminación. En particular, el discurso del odio puede adoptar formas peligrosas que no solo causan daño a nivel personal e incitan a la violencia dirigida contra grupos, sino que también son un ataque contra la inclusión, la diversidad y los derechos humanos. En este contexto, un compromiso activo con la paz es más urgente que nunca. Este compromiso debe ir más allá de las medidas de seguridad y defensa para lograr prevenir o detener los conflictos, ya que la paz no empieza donde termina la violencia. Mantener la paz requiere bases sólidas de gobernanza inclusiva, democrática y participativa, del diálogo, la solidaridad, el entendimiento mutuo y la cooperación, del desarrollo sostenible, la igualdad de género y la realización general de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

La educación desempeña un papel clave en este empeño. Este papel pertinente de la educación debería repercutir en las negociaciones en curso con miras al Pacto para el Futuro que se pondrá en marcha durante la Cumbre del Futuro de 2024.

i La educación para la paz tiene que ser transformadora en su esencia, como subrayan conjuntamente la Recomendación sobre la Educación para la Paz y los Derechos Humanos, la Comprensión Internacional, la Cooperación, las Libertades Fundamentales, la Ciudadanía Mundial y el Desarrollo Sostenible

ii , también conocida como la Recomendación de la UNESCO sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible, y el informe de la Comisión Internacional sobre Los futuros de la educación

iii, que aboga por un nuevo contrato social para la educación. Un sistema educativo transformado y bien dotado de recursos puede ser una herramienta preventiva eficaz a largo plazo que proteja, construya y sostenga la paz antes, durante y después de los conflictos. Una educación de este tipo puede sentar las bases preventivas ayudando a todos los educandos a hacer realidad su derecho humano fundamental a una educación de calidad accesible y equitativa. En periodo de crisis, es esencial garantizar la continuidad del aprendizaje, especialmente para los marginados, e integrar la educación en los esfuerzos globales de consolidación de la paz. También puede contribuir a reducir las desigualdades, inequidades e injusticias, garantizando que todos los educandos estén representados y reconocidos en todas las facetas de su educación, y que ésta no solo sea redistributiva, sino también facilitadora de la recuperación, la justicia y la reconciliación tras los conflictos

iv. Y lo que es más importante, si la educación se sitúa en el centro de nuestro compromiso con la paz, puede contribuir a dotar a los educandos de los conocimientos, competencias y actitudes necesarios para convertirse en agentes de paz en sus comunidades inmediatas. Esta defensa de la paz incluye habilidades cognitivas, sociales y emocionales, y competencias de comportamiento.

El Día Internacional de la Educación 2024 pretende:

• Movilizar a los Estados Miembros y a los asociados para que mantengan la educación en lo más alto de sus agendas políticas y cumplan sus compromisos de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación y la agenda Educación 2030; 

• Generar visibilidad a escala local e internacional acerca de la importancia de la educación en el reforzamiento y la preservación de la paz, como se indica en la meta 4.7 del ODS 4, así como otros esfuerzos en materia de educación en el plano mundial; 

• Promover mayores niveles de financiación nacional e internacional de la educación en general, y de la educación para la paz en particular, especialmente mediante mecanismos y asociaciones innovadoras y de múltiples partes; 

• Destacar y celebrar el papel pacificador de jóvenes y educadores en y mediante la educación en pos de sociedades justas, inclusivas y pacíficas; 

• Proporcionar una plataforma para debatir las prioridades y los desafíos de la educación para la paz en contextos de crisis y conflictos mundiales cada vez más prolongados; 

• Congregar a las personas influyentes y a la sociedad civil en general para impulsar un movimiento destinado a colocar a la educación en el centro de los esfuerzos locales, nacionales, regionales y mundiales de consolidación de la paz; 

• Sensibilizar sobre los enfoques eficaces de la educación para la paz y movilizar el compromiso para su aplicación.

Lo que hay que saber sobre la educación para la ciudadanía global

A medida que nuestro mundo se hace cada vez más interdependiente, la educación para la ciudadanía global ECM es más vital que nunca para la solidaridad internacional y para inspirar a los educandos de todas las edades a contribuir positivamente a sus comunidades locales y mundiales. Pero, ¿qué implica exactamente la ECM, por qué es importante hoy en día y cómo impulsa la UNESCO este movimiento?

Durante siglos, las aspiraciones comunes de respeto mutuo, paz y entendimiento se reflejaron en conceptos tradicionales de diversas culturas y civilizaciones, desde «ubuntu» (yo soy por lo que todos somos) en la filosofía africana, hasta «sumak kawsay» (armonía dentro de las comunidades, con nosotros mismos y con la naturaleza) en quechua. Aunque el término «Educación para la Ciudadanía Mundial» ECM no se acuñó hasta 2011, los valores que representa han sido fundamentales para la misión de la UNESCO desde su fundación en 1947. 

Al construir la paz a través de la educación y recordar a la humanidad nuestros lazos comunes, la UNESCO ha defendido durante mucho tiempo las ideas ahora formalizadas como Educación para la Ciudadanía Mundial, ECM. A medida que nuestro mundo se hace cada vez más interdependiente, la ECM es más vital que nunca para la solidaridad internacional y para inspirar a los educandos de todas las edades a contribuir positivamente a sus comunidades locales y mundiales. Pero, ¿qué implica exactamente la ECM, por qué es importante hoy en día y cómo impulsa la UNESCO este movimiento? 

¿Qué es la ciudadanía mundial? 

A diferencia de la ciudadanía -derechos especiales, privilegios y responsabilidades asociados a la «pertenencia» a una nación/estado concreto-, el concepto de ciudadanía mundial se basa en la idea de que estamos conectados no sólo a un país, sino a una comunidad mundial más amplia. Así, contribuyendo positivamente a ella, también podemos influir en el cambio a escala regional, nacional y local. Los ciudadanos globales no tienen un pasaporte especial o un título oficial, ni necesitan viajar a otros países o hablar diferentes idiomas para ser ciudadanos globales. Se trata más bien de la mentalidad y las acciones reales que una persona lleva a cabo a diario. Un ciudadano del mundo entiende cómo funciona el mundo, valora las diferencias entre las personas y trabaja con otros para encontrar soluciones a retos demasiado grandes para una sola nación. Ciudadanía y ciudadanía global no se excluyen mutuamente. Al contrario, estos dos conceptos se refuerzan mutuamente.. 

¿En qué consiste la educación para la ciudadanía mundial? 

Económica, medioambiental, social y políticamente, estamos vinculados a otras personas del planeta como nunca antes. Con las transformaciones que ha experimentado el mundo en las últimas décadas -expansión de la tecnología digital, viajes y migraciones internacionales, crisis económicas, conflictos y degradación del medio ambiente-, también debe cambiar nuestra forma de trabajar, enseñar y aprender. La UNESCO promueve la educación para la ciudadanía mundial con el fin de ayudar a los alumnos a comprender el mundo que les rodea y a colaborar para solucionar los grandes problemas que afectan a todos, sean de donde sean. 

La ECM consiste en enseñar y aprender a convertirse en esos ciudadanos globales que conviven pacíficamente en un mismo planeta.

¿Qué implica? 

  • Adaptar los planes de estudio y el contenido de las clases para proporcionar conocimientos sobre el mundo y sobre la naturaleza interconectada de los retos y amenazas contemporáneos. Entre otras cosas, una comprensión profunda de los derechos humanos, la geografía, el medio ambiente, los sistemas de desigualdades y los acontecimientos históricos que sustentan los desarrollos actuales; 
  • Fomentar las capacidades cognitivas, sociales y de otro tipo para poner en práctica los conocimientos y hacerlos pertinentes para la realidad de los alumnos. Por ejemplo, pensar de forma crítica y plantearse preguntas sobre lo que es equitativo y justo, asumir y comprender otras perspectivas y opiniones, resolver conflictos de forma constructiva, trabajar en equipo e interactuar con personas de diferentes orígenes, culturas y perspectivas; 
  • Inculcar valores que reflejen la visión del mundo y proporcionen un propósito, como el respeto a la diversidad, la empatía, la apertura mental, la justicia y la equidad para todos; 
  • Adoptar comportamientos para actuar de acuerdo con sus valores y creencias: participar activamente en la sociedad para resolver los retos mundiales, nacionales y locales y luchar por el bien colectivo. 

Qué hace la UNESCO en materia de Educación para la Ciudadanía Mundial: 

La UNESCO trabaja con los países para mejorar y reconfigurar sus sistemas educativos de modo que apoyen la creatividad, la innovación y el compromiso con la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. 

  • Ofrece una visión global de la educación que los alumnos de todas las edades necesitan para sobrevivir y prosperar en el siglo XXI. Una prioridad clave es la actualización de la Recomendación de 1974 sobre la Educación para la Comprensión, la Cooperación y la Paz Internacionales y la Educación relativa a los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, el documento en el que se basa este trabajo. 
  • Apoya la elaboración de planes de estudios y materiales didácticos sobre temas de ciudadanía mundial adaptados a contextos culturales diversos. Entre otros muchos ejemplos, cabe citar el documento de orientación general sobre los objetivos de enseñanza y aprendizaje de la educación para la ciudadanía mundial o las recomendaciones sobre la integración de los principios del aprendizaje social y emocional en el proceso educativo. 
  • Estudia el impacto positivo del aprendizaje a través de las asignaturas y establece vínculos entre sectores y ámbitos. Uno de los ámbitos clave es el Marco para la educación cultural y artística, en el que la UNESCO destaca el impacto positivo que tiene el aprendizaje de las artes y a través de las artes en el rendimiento académico, la adquisición de distintas competencias y un mayor bienestar, así como la ampliación de los horizontes. 
  • Colabora con socios de todos los programas de la UNESCO y de todo el sistema de las Naciones Unidas para hacer frente a las amenazas actuales contra los derechos humanos y la paz e infundir en la educación los principios de comprensión, no discriminación y respeto de la dignidad humana. Entre otras cosas, la UNESCO lidera los esfuerzos mundiales en materia de educación para contrarrestar la incitación al odio en línea y fuera de línea, abordar el antisemitismo, luchar contra el racismo y educar sobre las violaciones de los derechos humanos y los pasados violentos. 
  • Supervisa el modo en que los valores fundamentales de la educación para la ciudadanía mundial se reflejan y apoyan en la política educativa y en los planes de estudio para impartirla eficazmente. Por ejemplo, recogiendo datos globales sobre este indicador cada cuatro años mediante un cuestionario de encuesta diseñado para la Recomendación de 1974. 
  • Promueve la colaboración internacional en materia de educación a través de las Cátedras UNESCO y Redes UNITWIN y la Red de Escuelas Asociadas de la UNESCO, que conecta a más de 12.000 instituciones educativas de todo el mundo. 

¿Por qué la UNESCO da prioridad a la educación para la ciudadanía mundial? 

La educación de calidad figura entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por las Naciones Unidas, en los que la ECM se menciona como una de las áreas temáticas que los países deben promover. Liderando los esfuerzos mundiales para alcanzar este objetivo, la UNESCO considera que la educación es el principal motor del desarrollo humano que puede acelerar el progreso en la consecución de la justicia social, la igualdad de género, la inclusión y otros Objetivos. 

La UNESCO cree que sólo una educación que proporcione una visión global con una profunda apreciación de las perspectivas locales puede hacer frente a los retos transversales de hoy y de mañana. Esta visión se reafirma en la Declaración de Incheon formulada en 2015 en el Foro Mundial sobre la Educación y se refleja además en el informe Futuros de la Educación de la UNESCO. 

Basándose en las pruebas que la UNESCO ha acumulado sobre el impacto de la ECM, los educandos que se benefician de este tipo de educación desde etapas tempranas se vuelven menos propensos a los conflictos y están más abiertos a resolverlos pacíficamente respetando las diferencias de los demás. También ha demostrado su eficacia en la transformación posterior a los conflictos. Por ejemplo, debatir las causas profundas de las violaciones de los derechos humanos ocurridas en el pasado ayuda a detectar tendencias alarmantes y evitarlas en el futuro. 

¿Cómo se aplica la ECM? 

La ECM no es una asignatura única con un plan de estudios establecido, sino más bien un marco, un prisma a través del cual se contempla la educación. Puede impartirse como parte integrante de asignaturas ya existentes -desde geografía hasta estudios sociales- o de forma independiente. La UNESCO apoya la difusión de la ECM en distintos niveles y en múltiples ámbitos de la vida más allá de las aulas. 

  • En el plano político: Los gobiernos pueden elaborar estrategias y marcos nacionales que reconozcan la importancia de comprender los problemas locales desde una perspectiva mundial más amplia y dar prioridad a programas educativos que reflejen esta visión. 
  • En el aula: Los profesores pueden incorporar contenidos y materiales que fomenten la concienciación sobre los problemas mundiales y la comprensión intercultural. Por ejemplo, en Geografía, los alumnos pueden aprender sobre el cambio climático y la distribución de los recursos. En Ciencias Sociales, descubren cómo la degradación del medio ambiente afecta a los derechos de los niños en todo el mundo. En Ciencias, descubren cómo los árboles absorben el carbono de la atmósfera mediante la fotosíntesis y pueden ayudar a combatir el cambio climático. Los profesores también pueden asignar a los alumnos un proyecto de grupo en el que tendrán que idear una campaña para hacer frente al cambio climático en su comunidad local. 
  • Fuera de la escuela: Los museos y las instituciones culturales pueden diseñar exposiciones y materiales educativos que inspiren la ciudadanía global. Los programas de intercambio permiten a los jóvenes ampliar sus horizontes visitando otras comunidades y países.

fuente

https://www.unesco.org/es/global-citizenship-peace-education/need-know

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