y en tu casa quien lava los trastes

Este día internacional sirve para identificar a quien es la persona que lava los trastes en nuestra casa; pero acaso esa persona; recibe un sueldo por pasar poco o mucho tiempo resolviendo la disminución de la montaña de trastes en el fregadero.

Por conveniente que parezca las mujeres mayormente son quienes trabajan gratuitamente en casa, lavando trastes, lavando ropa, limpiando, cocinando, decidiendo como conseguir todas las canastas encestadas, todos los puntos anotados, eliminando el índice de tareas pendientes.

En cuanto tiempo debo lavar los trastes, en cuanto tiempo debo lavar la ropa, en cuanto tiempo clasifico los movimientos que despachan el orden y la pulcritud de cada habitación.

Si por fortuna se considerase la disyuntiva de remunerar el esfuerzo de trabajar limpiando el hogar, la oficina, la fabrica, el aeropuerto, la calle; entonces defiérase reflexionar cuanto dinero merece cada persona que tiene la misión de limpiar o higienizar lo que nos rodea en todos lados, el mercado, el cine, el teatro, la cama, el baño, la cocina o la parada del camión en la banqueta.

¡Hoy es el Día Internacional del Trabajo Doméstico y el regalo debe ser un trato digno!

Pese a su gran importancia, el trabajo doméstico no es valorado ni tiene el reconocimiento que se merece. ¿Te imaginas qué pasaría si nadie haría las labores en la casa?

¡Por un trato digno y justo a l@s trabajador@s del hogar!

🗓️ 22 DE JULIO: DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO DOMÉSTICO

✅ Este día fue declarado en 1983, en el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, a fin de reconocer el desigual reparto de las tareas al interior de los hogares. En Argentina, la última encuesta sobre el tema señaló que las mujeres realizan el 76,4% del tiempo total dedicado al trabajo doméstico no remunerado. Este dato refleja la discriminación que sufren las mujeres, que tiene como base patrones socioculturales construidos históricamente.

✅ El INADI trabaja en distintas líneas de acción orientadas a concientizar a empresas, sindicatos y organizaciones en relación a la igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres, como así también fomenta la real valoración que el trabajo doméstico no remunerado aporta a la economía en el mercado de bienes y servicios.

Las personas trabajadoras del hogar tienen derecho a todas las prestaciones legales: ✅Vacaciones ✅Prima vacacional ✅Pago de días de descanso ✅Acceso obligatorio a seguridad social ✅Aguinaldo ✅O cualquiera otra pactada ¡Exígelas, es tu derecho!

22 de julio, Día Internacional del Trabajo Doméstico

La importancia de este día recae en la necesidad de reconocer el trabajo doméstico, para abatir la desigualdad entre hombres y mujeres.

El 22 de julio de cada año se conmemora el Día Internacional del Trabajo Doméstico, cuya finalidad es reconocer el trabajo que millones de mujeres realizan en los hogares de todo el mundo, sin recibir una adecuada remuneración económica o muchas veces incluso sin pago de por medio.
Actualmente limpiar, cocinar, planchar, comprar alimentos o cuidar a niños y personas adultas mayores son actividades que siguen siendo poco valoradas desde los puntos de vista económico y social en nuestro país.

El valor económico del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados fue de 3. 061 billones de pesos, lo que representó el 19.7% del PIB según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística.

¿Sabías qué? El 97,6% de las personas que realizan este trabajo son mujeres, quienes además destinan más de 41 horas semanales a trabajos de cuidados, a diferencia de las 19,17 hrs de los hombres.

Para poder cambiar este panorama se tiene el gran reto de redistribuir estas tareas entre las y los integrantes de los hogares para favorecer la inserción y el desarrollo en igualdad de condiciones de mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida pública.

Asimismo, la implementación de políticas de conciliación entre la vida laboral, familiar y personal en los centros de trabajo, tales como los horarios flexibles y los permisos de maternidad, paternidad y parentales por nacimiento o adopción contribuyen a que las y los trabajadores puedan organizar sus responsabilidades domésticas, mejorando su productividad y su calidad de vida al mismo tiempo.

Sin embargo, históricamente, estas labores se han asignado a las mujeres y el trabajo para el mercado a los hombres, lo cual las pone a ellas en una clara desventaja, tanto para incorporarse como para desarrollarse en un empleo o para hacerse cargo de un negocio.

Desde hace varias décadas, las mujeres han aumentado su participación en la vida económica del país de manera constante, pero este hecho no se ha traducido en un incremento equivalente en la proporción de hombres que participan en las tareas del hogar.

Incluso si la mujer forma parte de una pareja en la que ambos miembros cuentan con un trabajo remunerado, ella sigue haciéndose cargo de la mayor parte de las tareas domésticas, lo cual le impone limitaciones a la hora de competir en términos de igualdad en el mercado de trabajo.

Para muchas mujeres, la exigencia de tener que asumir ambas tareas de manera sincrónica y cotidiana significa tener una doble jornada laboral por la cual reciben un solo salario.

El 22 de julio de cada año se conmemora el Día Internacional del Trabajo Doméstico, cuya finalidad es reconocer el trabajo que millones de mujeres realizan en los hogares de todo el mundo, sin recibir una adecuada remuneración económica o muchas veces incluso sin pago de por medio.


Actualmente limpiar, cocinar, planchar, comprar alimentos o cuidar a niños y personas adultas mayores son actividades que siguen siendo poco valoradas desde los puntos de vista económico y social en nuestro país.


El valor económico del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados fue de 3. 061 billones de pesos, lo que representó el 19.7% del PIB según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
Para poder cambiar este panorama se tiene el gran reto de redistribuir estas tareas entre las y los integrantes de los hogares para favorecer la inserción y el desarrollo en igualdad de condiciones de mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida pública.


Asimismo, la implementación de políticas de conciliación entre la vida laboral, familiar y personal en los centros de trabajo, tales como los horarios flexibles y los permisos de maternidad, paternidad y parentales por nacimiento o adopción contribuyen a que las y los trabajadores puedan organizar sus responsabilidades domésticas, mejorando su productividad y su calidad de vida al mismo tiempo.


Sin embargo, históricamente, estas labores se han asignado a las mujeres y el trabajo para el mercado a los hombres, lo cual las pone a ellas en una clara desventaja, tanto para incorporarse como para desarrollarse en un empleo o para hacerse cargo de un negocio.


Desde hace varias décadas, las mujeres han aumentado su participación en la vida económica del país de manera constante, pero este hecho no se ha traducido en un incremento equivalente en la proporción de hombres que participan en las tareas del hogar.


Incluso si la mujer forma parte de una pareja en la que ambos miembros cuentan con un trabajo remunerado, ella sigue haciéndose cargo de la mayor parte de las tareas domésticas, lo cual le impone limitaciones a la hora de competir en términos de igualdad en el mercado de trabajo.
Para muchas mujeres, la exigencia de tener que asumir ambas tareas de manera sincrónica y cotidiana significa tener una doble jornada laboral por la cual reciben un solo salario.


La desigual distribución de las tareas domésticas al interior de los hogares familiares muestra la permanencia de roles de género.
Cabe mencionar, que en México el trabajo doméstico remunerado sumó 2.2 millones de personas, la mayor parte son mujeres; tres de cada cuatro reciben menos de dos salarios mínimos; la mitad trabaja más de 35 horas a la semana y el 76.1% no goza de ninguna prestación laboral.

La importancia de este día recae en la necesidad de reconocer el trabajo doméstico, para abatir la desigualdad entre hombres y mujeres.

La desigual distribución de las tareas domésticas al interior de los hogares familiares muestra la permanencia de roles de género.
Cabe mencionar, que en Mé­xi­co el tra­ba­jo do­més­ti­co re­mu­ne­ra­do sumó 2.2 mi­llo­nes de per­so­nas, la mayor parte son mu­je­res; tres de cada cua­tro re­ci­ben menos de dos sa­la­rios mí­ni­mos; la mitad tra­ba­ja más de 35 horas a la se­ma­na y el 76.1% no goza de nin­gu­na pres­ta­ción la­bo­ral.

👩👨 La sobrecarga del trabajo de cuidados no remunerado y la falta de tiempo de las mujeres impiden la igualdad de oportunidades, derechos y resultados frente a los hombres.

La corresponsabilidad entre mujeres y hombres contribuyen a la autonomía de las mujeres y a una justa organización social de los cuidados del hogar.

El trabajo doméstico es tan real como el que se lleva a cabo en oficinas, fábricas o campos, reconozcamos el valor de la labor de las personas trabajadoras del hogar.

(Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México) Urge COPRED a incluir el valor social y económico del trabajo del hogar en la formación educativa básica.

Invisibilizar el trabajo doméstico contribuye a la violencia emocional, económica y patrimonial hacia las mujeres.

Mujeres triplican el tiempo que dedican a las labores del hogar en comparación con los varones.

Reconocer el valor del trabajo doméstico no remunerado resulta fundamental para visibilizar la desigualdad que persiste en la sociedad derivada de los estereotipos y modelos de convivencia que acentúan la violencia hacia las mujeres, ya que siguen siendo ellas -en mayor medida- quienes se dedican a esta labor.

En el marco del 22 de julio, Día Internacional del Trabajo Doméstico, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), se pronuncia por incluir en la educación y formación escolar básica de las personas el valor social y económico que esta labor representa; asimismo, su reconocimiento debe ser una de las bases para el diseño de políticas públicas que contribuyan a la disminución de la brecha de desigualdad que existe entre hombres y mujeres.

La invisibilidad del trabajo doméstico no remunerado promueve y fomenta la violencia emocional, económica y patrimonial en la esfera del hogar; un ejemplo de ello se hace evidente al momento de un juicio de divorcio, cuando existe la oportunidad de compensar patrimonialmente a quien haya dedicado más tiempo a las diversas labores del hogar, tales como la ejecución material de las trabajos dentro de casa; la ejecución material de las tareas fuera del hogar orientadas a la obtención de bienes y servicios para la familia; la dirección y gestión de la economía de la casa; así como, el cuidado, crianza o educación de hijos, hijas u otros parientes.

Basta considerar lo que revela la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT-2014) en lo relativo a las actividades domésticas, ya que “las mujeres le dedican en promedio 29.8 horas a las semana, mientras que los hombres sólo dedican 9.7 horas a la semana; es decir, triplican el tiempo registrado por los varones. Las mayores diferencias se observan en la preparación y servicio de alimentos, limpieza de la vivienda, de la ropa y calzado.” Cabe señalar que la situación se agrava al tratarse de población indígena.

En este sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha sostenido el criterio de que el patrimonio familiar se compone tanto del trabajo remunerado en el mercado laboral, como del no remunerado, pues ambos contribuyen a la construcción y mantenimiento de un hogar.

Este 22 de julio, reflexionemos sobre la vigencia en la desproporción de tiempo que las mujeres dedican a los trabajos del hogar con respecto a los hombres, recurrentemente a costa de su desarrollo profesional, académico y calidad de vida.

El Día Internacional del Trabajo Doméstico se conmemora desde el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe llevado a cabo en 1983 y es resultado de la exigencia de los grupos feministas por el reconocimiento del valor económico y social del trabajo doméstico, altamente feminizado y tradicionalmente invisibilizado.

Mujeres triplican el tiempo que dedican a las labores del hogar en comparación con los varones.

Ellas y ellos también tienen derechos

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