La elección vocacional

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Buena parte de tu futuro dependerá de lo que escojas y para ello es necesario contar con todas las herramientas disponibles al momento de decidir
 
La vocación
«…cada cual es llamado a cumplir una misión estrictamente suya, una misión tan profundamente personal que, si él no la asume, la misión se quedará inevitablemente inédita… Y no importa que esos talentos sean más o menos que los que entregan otros hombres; sólo importan que sean los suyos…»
 
¿Sabemos realmente lo que es la vocación? y, más aún, qué pasa cuando las personas no transitan su camino vocacional. Gabriel Castillo Inzulza, Premio Nacional de Educación 1997, reflexiona en su libro «Educación de Anticipación» sobre la vocación a darse y promover la vida y las implicanciones de la vocación personal en la vida de los otros. A continuación reproducimos un extracto del Capítulo 1.
 
«…el hombre responde positivamente a su vocación, es decir, se hace responsable de su condición humana, se hace hombre, cuando avanza en su capacidad de amar, cuando aprende a apostar la propia existencia por la existencia de otros hombres.
 
 
 
Dentro de esta vocación común, necesaria de todo hombre, cada cual es llamado a cumplir una misión estrictamente suya, una misión tan profundamente personal que, si él no la asume, la misión se quedará inevitablemente inédita. Esta misión es la de aportar, a la empresa común de humanización del mundo, sus capacidades, sus medios, su historia personal. Y no importa que esos talentos sean más o menos que los que entregan otros hombres; sólo importan que sean los suyos.
 
La vocación de cada hombre singular es, pues, el requerimiento que cada cual recibe, desde su interioridad y desde su realidad concreta e histórica, para que aporte su unicidad personal a la vocación común de amar y de cultivar la vida y de construir un mundo humano.
 
Este requerimiento vocacional no ocurre en un momento determinado, sino que está ocurriendo durante toda la vida del hombre. No se manifiesta tampoco en una sola y determinada exigencia específica, sino a través de una vasta serie de interpelaciones que le llegan al hombre desde puntos diversos de su realidad.
 
 
 
 
 
Alguno podrá dar respuesta a su vocación permaneciendo toda su vida en el lugar en que nació. Otro se irá, tal vez, a una ciudad diferente de aquella en que nació o estará en varios lugares diferentes de su patria, siempre sirviéndola, entregando sus capacidades a la elevación de su pueblo. Otro, quizás, dejará en un momento su suelo natal y, siguiendo su vocación llegará a otro país, y tal vez a otro continente, y allí entregará su vida y sus talentos a la elevación de los niveles de humanidad del mundo. En todos los casos existía siempre el mismo proceso: un hombre, en la situación histórica en que se mueve, va recibiendo solicitaciones de generación de cuidado y de elevación de la vida. Va desarrollando sus capacidades en la relación social que lo solicita y va, con esas capacidades, configurando su aporte, su respuesta, a la solicitación que recibe.
 
Por cierto que no siempre el hombre responde positivamente al requerimiento que se le hace. Puede rechazar abiertamente el servicio que se le demanda; o puede escamotear la respuesta adaptando el requerimiento a la debilidad de su responsabilidad hasta llegar a dar vuelta el signo de lo que se le ha pedido.
 
Un hombre puede, por ejemplo, aceptar entrar en un plan de formación profesional en que está interesado su pueblo con el propósito de subir la calidad de su producción y puede, luego, en posesión de la profesión, hacerse a un lado de la responsabilidad que se le entregó o hacer uso de ella en su propio y particular beneficio.
 
Alguno hasta podrá, tal vez utilizar los conocimientos que se le entregaron para promover la vida, con el propósito contrario de aniquilarla, como lo hicieron los médicos nazis que experimentaron técnicas de muerte en los prisioneros de los campos de concentración.
 
La vocación no se cumple, pues, por el hecho de desempeñar alguien un puesto, una profesión, un oficio, una función o una actividad, aún si ésta tiene el nombre de actividad de servicio. Todas las acciones y desempeños humanos, los oficios, las profesiones, los puestos de trabajo, las actividades en el hogar, son sólo vehículos a través de las cuales puede tanto expresarse como quedarse inexpresado el cumplimiento de la vocación.
 
La vocación se cumple sólo cuando la función, cargo u oficio en el que el hombre se desempeña está traspasado, iluminado, por el intento de elevar los niveles de humanidad de su mundo, cuando el propósito de lo que hace guarda la intencionalidad de abrir el paso a la vida de otros hombres.
 
 
 
 
La implicancia vocacional
 
La vocación es una misión, una misión que implica necesariamente, una intencionalidad de promoción humana.
 
La misión significa una implicancia, es decir, una atadura de la propia suerte a la suerte de otros hombres.
 
La implicancia es tan real que no hay hombre que pueda encontrarse con su propia vida a menos que la aporte a la vida de otros; y nadie puede desarrollar su identidad y ser él mismo si no se ocupa de crear condiciones para que otros hombres puedan desarrollar la identidad de ellos.
 
Por eso, cuando un hombre deserta de su vocación, aquellos cuyas vidas estaban implicadas con la suya pierden un apoyo que les era necesario. Y el propio desertor se queda como esos seres descritos en el prólogo de Demián de Hesse que son hombres de medio cuerpo arriba y el resto pez. Y la edificación del mundo humano se deteriora, retrocede.
 
Cuando, por el contrario, un hombre asume su responsabilidad con las vidas humanas con las que está implicado, entonces no sólo ayuda a poner las bases para que otros lleguen a ser lo que tienen que ser, sino que, por esta acción misma, se abre camino a su propia liberación. Todavía más. Al asumir su parte en la liberación de otros y, con ello, también de sí mismo, está posibilitando la existencia de más identidad humana del mundo.
 
Así que los hombres caminan, inevitablemente atados. Y por cada hombre que no asume su sitio en la promoción de la vida, se detiene, un momento, el trabajo de todos; y la conquista de una relación de plenitud se demora. Y por cada hombre que asume su puesto, el avance más se afirma. Todo ocurre como cuando alguien, mientras pasa la oscuridad, levanta una luz. No sólo se alumbra sobre sí mismo, sino que alumbra también a los demás y pone en el mundo una luz que antes no existía».
La vocación se cumple sólo cuando la función, cargo u oficio en el que el hombre se desempeña está traspasado, iluminado, por el intento de elevar los niveles de humanidad de su mundo, cuando el propósito de lo que hace guarda la intencionalidad de abrir el paso a la vida de otros hombres.
 
Así que los hombres caminan, inevitablemente atados… Y por cada hombre que asume su puesto, el avance más se afirma. Todo ocurre como cuando alguien, mientras pasa la oscuridad, levanta una luz. No sólo se alumbra sobre sí mismo, sino que alumbra también a los demás y pone en el mundo una luz que antes no existía.
 
 
 
  • Factores que influyen en la orientación vocacional
 
«Es probable que muchos alumnos se encuentren desorientados entre los 15 y 18 años y no sepan qué estudiar. También en este momento muchos orientadores comienzan con un bombardeo de tests y de charlas que probablemente caen en el vacío, pues hay un cúmulo de factores internos y externos a considerar que deben ser tratados en forma integral antes de hacer evaluaciones que permitan dar una efectiva orientación vocacional.»  María Pía Sius R., Psicóloga Infanto-Juvenil.
 
La elección vocacional es una expresión de la personalidad, es decir, es parte de una forma de ser mucho más amplia, es una decisión que se relaciona con la identidad. En la medida que un adolescente tenga claro cuáles son sus características, intereses y habilidades, más cerca está de acertar en la elección
 
La elección vocacional sólo puede ocurrir cuando el sujeto maneja información acerca de distintas áreas y carreras en forma detallada: ¿qué ramos se estudian? ¿cuáles son las actividades generales que desempeña un profesional de la carrera en discusión? ¿en qué ámbito ejerce su profesión u oficio. Si esta información no está disponible no podemos hablar de elección propiamente tal.
 
La elección profesional es un proceso que se inicia con el reconocimiento de los intereses y de las alternativas existentes en el mercado académico y laboral.
 
El comienzo de la tarea del orientador vocacional debe comenzar desde muy temprano y gradualmente ir intensificándose, apoyando a los alumnos a tomar decisiones y a conocer sus preferencias y posibilidades.
 
¿Cómo ocurre la elección propiamente tal?
 
  • El concepto de crisis vocacional.
 
Es importante que los alumnos y alumnas tengan acceso a la mayor cantidad de información posible, sin embargo algunos se resisten bajo el argumento de que mientras más conocen, más se confunden. Esto ocurre especialmente con alumnos de buenas calificaciones que suelen ser buenos para todo y en estos casos es necesario disminuir la ansiedad explicando que esta confusión es normal.
 
La elección profesional es un proceso que se inicia con el reconocimiento de los intereses y de las alternativas existentes. En la medida en que este proceso se va desarrollando es normal que se provoque una crisis vocacional en los alumnos, caracterizada por la confusión y no es sino la resolución de esta crisis la que lleva a la elección propiamente tal. La resolución pasa por un reconocimiento más realista de las propias habilidades e intereses y también de las posibilidades reales.
 
En cualquier elección hay aspectos que se resignan, es decir, al elegir dejo fuera un montón de alternativas. El orientador debe apuntar a la diferenciación entre intereses hacia el área laboral de lo que podrían ser intereses que se desarrollen a través de «hobbies» y que por tanto es una elección que no cierra la realización de otras habilidades. Esta diferenciación se torna fundamental en aquellos con inclinaciones artísticas.
 
Por otro lado, están los alumnos que evitan esta crisis eligiendo prontamente una alternativa y se «casan», a veces en forma impulsiva, sin una verdadera reflexión. En estos casos hay que alentar el cuestionamiento, tener más de una alternativa y atreverse a indagar, puesto que es posible que exista un «mejor partido» entre un universo más amplio.
 
Finalmente con todos los alumnos es necesario destacar siempre que existe el derecho a equivocarse y a aprender de la experiencia y que estamos hablando de una elección a largo plazo, la carrera u oficio elegido van a constituir parte de un estilo de vida, desde este punto de vista los estudios son un medio y no un fin en sí mismos. Este concepto es muy importante al momento de enfrentar el tema con los alumnos, que suelen mirar aún al corto plazo y sólo ven los aspectos más superficiales de esta elección, la que se torna de por sí en una meta.
 
Por eso para realizar una evaluación vocacional es preciso considerar los factores tanto internos como externos que influyen en la toma de decisiones.
 
 
 
Los factores internos: Intereses, habilidades y aptitudes.
 
La elección vocacional es una expresión de la personalidad, es decir, es parte de una forma de ser mucho más amplia, es una decisión que se relaciona con la identidad. En la medida que un adolescente tenga claro cuáles son sus características, intereses y habilidades, más cerca está de acertar en la elección.
 
Este proceso, sin embargo, suele estar en formación a la edad en que los jóvenes deben decidirse por una carrera u oficio y es frecuente encontrarse con alumnos o alumnas con una autoimagen distorsionada o voluble a las presiones del medio y que presentan dificultades al momento de definir sus propias preferencias. En esta etapa las amistades y la familia cobran vital importancia, por lo que una tarea importante en la labor de orientación es ayudar a los jóvenes a diferenciarse, a reconocerse a sí mismos y a valorar sus propios intereses y deseos, antes de entrar a revisar lo que el sistema les pueda ofrecer.
 
El reconocimiento de las habilidades e intereses es un proceso largo que se inicia a veces desde las etapas más tempranas de la infancia. Está en estrecha relación con las posibilidades que se ofrecen al alumno para que realice distintas actividades, cobrando especial importancia las actividades recreativas de libre elección. En este sentido la extensión de la jornada da la posibilidad de ofrecer a los alumnos una serie de talleres y cursos que pueden ser un gran aporte en el descubrimiento de los talentos y fortalezas de cada uno.
 
Los factores externos: oferta y sistema de selección para acceder a estudios superiores.
 
La elección vocacional sólo puede ocurrir cuando el sujeto maneja información acerca de distintas áreas y carreras en forma detallada: ¿qué ramos se estudian? ¿cuáles son las actividades generales que desempeña un profesional de la carrera en discusión? ¿en qué ámbito ejerce su profesión u oficio (oficina, naturaleza, trabajo con personas)? Si esta información no está disponible no podemos hablar de elección propiamente tal.
 
Otro factor externo es el sistema de ingreso a la Educación Superior. En las universidades tradicionales (y en algunas privadas) el ingreso está regulado por los puntajes de la prueba de selección y en un porcentaje variable (20 a 40%) por las notas de Enseñanza Media Superior, esta información tiene un mayor impacto cuando se hace el ejercicio de comparar mediante la tabla de conversión de puntajes cuánto debería obtener para ingresar a una carrera determinada. Mientras menor es la nota, mayor debe ser el puntaje para poder postular con cierta seguridad. Esto en ocasiones favorece la motivación por el estudio, más que el simple dicho de que «las notas valen», es demostrar cuánto valen.
 
«…cada cual es llamado a cumplir una misión estrictamente suya, una misión tan profundamente personal que, si él no la asume, la misión se quedará inevitablemente inédita… Y no importa que esos talentos sean más o menos que los que entregan otros hombres; sólo importan que sean los suyos…»

La vocación se cumple sólo cuando la función, cargo u oficio en el que el hombre se desempeña está traspasado, iluminado, por el intento de elevar los niveles de humanidad de su mundo, cuando el propósito de lo que hace guarda la intencionalidad de abrir el paso a la vida de otros hombres.

Así que los hombres caminan, inevitablemente atados… Y por cada hombre que asume su puesto, el avance más se afirma. Todo ocurre como cuando alguien, mientras pasa la oscuridad, levanta una luz. No sólo se alumbra sobre sí mismo, sino que alumbra también a los demás y pone en el mundo una luz que antes no existía.

 

Los propósitos generales que se persiguen con la asignatura de Orientación Educativa son:

  • La integración del alumno al medio universitario.
  • El conocimiento de diversos tópicos relacionados con la pubertad y la adolescencia.
  • El conocimiento y ejercicio de técnicas de estudio.
  • El análisis y práctica del proceso de toma de decisiones en el ambiente escolar y sus oportunidades académicas futuras.
  • El conocimiento de diversos tópicos relacionados con la pubertad y la adolescencia.
  • Se abordarán aspectos tanto físicos como emocionales, familiares y sociales que enfrentan los jóvenes en esa etapa de su vida.
  • Se hace un análisis y reflexión conjunta de los temores, riesgos y posibilidades ante su ambiente, para habilitarlo e iniciar el desarrollo de una toma de decisiones más consiente respecto a la problemática de su edad.
  • El manejo de un modelo sencillo de análisis de problemas y toma de decisiones, cuyo enfoque va orientado a un análisis de actitudes, valores, intereses que lo inicie en la práctica de nuevas formas de abordar un problema y de la búsqueda de alternativas de solución.
  • Abordar un panorama de las oportunidades educativas de los jóvenes a futuro dentro del Sistema Educativo Nacional, que los prepare para elegir las oportunidades que consideren convenientes.
  • Inicie su proceso de integración y responsabilidad preparatoriana y universitaria.
  • Comprenda los cambios psicobiológicos y sociales por los que atraviesa y robustezca la confianza en sí mismo.
  • Sea capaz de agrupar, analizar y aplicar información.
  • Pueda comprender y dominar las técnicas generales de aprendizaje que le ayuden a enfrentar el estudio de las diversas asignaturas y a resolver problemas en diferentes contextos.
  • A través de diversos elementos instruccionales, mejore su capacidad de razonamiento, análisis de información, solución de problemas y comprensión de lecturas.
 

Estos propósitos inciden en el perfil del bachiller en cuanto a que:

 
  • Acrecientan su iniciativa, creatividad y su interacción con grupos de la comunidad.
  • Desarrollan sus habilidades cognitivas y estrategias de aprendizaje.
Los propósitos generales que se persiguen con la asignatura de Orientación Educativa son:
 
  • Contribuir a cumplir con una de las finalidades de la institución en cuanto a encauzar la vocación del alumno a la elección de una determinada carrera profesional.
  • Fortalecer al alumno en la toma de decisiones con el reconocimiento de sus intereses, valores, actitudes, aptitudes y habilidades, así como con elementos de diagnóstico y pronóstico.
Estos propósitos inciden en el perfil del estudiante (bachiller), en cuanto a que:

 

  • Desarrollará intereses profesionales y evaluará alternativas hacia la autodeterminación.
  • Fomentará su iniciativa, su creatividad y su participación en el proceso social.

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