El Placer de Jugar.

La educación en el juego y los juguetes de los niños. 

La pedagoga Inma Marín responde

¿Cómo educar y motivar a los niños para que recuperen el placer de jugar?

Jugar es la actividad principal de la infancia. Una necesidad que nos empuja, nos transforma, nos hace crecer. Ahora y siempre, los niños han sentido y sienten que el juego es placer. Es alegría, diversión, pasarlo bien. A veces, vemos a los niños aburridos o desilusionados entre una montaña de juguetes y pensamos, ¿cómo es posible? Para que el juego exista debe incentivarse el deseo, pero no el deseo de «poseer», forzosamente fugaz, sino el deseo de obtener, conseguir, superar e imaginar. Esperar aquello que deseas motiva las ganas de jugar y disfrutar. Y también motiva las ganas de jugar poder compartir el juego con otros. Dos o tres niños… incluso sin juguetes, encuentran la manera de jugar. Y por supuesto, para motivar el placer de jugar en los niños, hemos de hacer crecer nuestro propio placer de verles jugar, nuestra apuesta incondicional por su juego.

Pedagogía Lúdica conferencia Clara Schumann Ong

¿Cuándo se puede decir que un niño disfruta de un juego o de un juguete?
Ningún juego ni juguete instituido garantiza en sí mismo el juego y, por tanto, el disfrute total y absoluto. Los juguetes son los mediadores entre el Juego y el niño, estimuladores de su capacidad de jugar. Un niño o una niña disfrutan de un juego o de un juguete en la medida que le garantiza esa entrada en el mundo del juego. El juguete debe divertir, apasionar, expresar sentimientos y emociones, imaginar, crear y también destruir, superar retos, sorprenderse, compartir… A veces, jugar irá acompañado de risas y carcajadas, pero también podemos verles con semblantes serios y altamente concentrados y a pesar del esfuerzo, querrán repetir el juego, volverlo a intentar. Jugar y disfrutar, en este sentido, no pueden separarse.

¿Qué debemos considerar a la hora de elegir un juguete para nuestros hijos?
Que sea adecuado a sus intereses, gustos y edad. Cada edad viene definida por sus capacidades y habilidades. Ha de ser estimulador del juego, despertar las ganas de jugar, sentir, mirar, tocar y saber, facilitando el desarrollo infantil en todos sus ámbitos: motriz, cognitivo, emocional, social, y, por supuesto, deben fomentar valores positivos. Pero también que sea de calidad, es decir, que cumpla con el objetivo que se propone. Que no se rompa en las manos torpes de un niño… Y por supuesto, que sea seguro y cumpla con toda la Normativa de Seguridad Europea. Y si no hablamos de un juguete en concreto, sino del repertorio de juguetes adecuados, debemos tener en cuenta dos variables más: que sean variados (permitiendo un desarrollo integral) y en su justa medida, ya que el exceso de juguetes, lejos de hacer crecer las ganas de jugar, las disminuye y empobrece.

¿Cómo y dónde los padres pueden jugar con sus hijos?
Compartir la experiencia de juego con sus hijos es una oportunidad privilegiada para los padres para establecer puentes y vínculos con ellos. Por lo tanto, ¡pueden y deben jugar siempre que puedan! Y no sólo en casa, reservando un espacio y un tiempo para compartir juegos y juguetes… también de camino al colegio, jugando a contar coches de un color determinado, o de camino a ver a la abuela, mientras jugamos a las adivinanzas o al Veo Veo dentro del autobús…

¿Cómo hacerlo?
Viviéndolo y entrando en la experiencia de juego, entendiéndola como una actitud, más allá de las actividades y juegos concretos que podamos proponerles. En este sentido, los padres podemos valorar el juego y los juegos de nuestros hijos como sanas experiencias de crecimiento, descartando la afirmación de que el juego es algo bonito pero inútil, una especie de sarampión infantil que afortunadamente se pasa de mayor. Hecho esto, el juego, actividad principal de nuestros hijos, se convertirá en algo compartido y apreciado por toda la familia.

¿Se juega igual con un niño que tenga o no alguna discapacidad?
La necesidad de jugar existe exactamente igual tenga o no el niño alguna necesidad especial. El juego representa en niños con necesidades especiales un estímulo imprescindible y una forma placentera y muy eficaz para desarrollar sus potencialidades. Lo que sí que deberemos tener en cuenta es de escoger y/o adaptar los juegos o juguetes para su mayor disfrute. En la página webhttp://www.ludomecum.com se ofrecen juegos comerciales que pueden ser utilizados por niños con necesidades especiales.

¿Se juega igual con un niño que con una niña?
Por supuesto. La capacidad de jugar es inherente al ser humano, sin distinción de ningún tipo. Otra cosa es que, a determinadas edades, niños y niñas muestran, en general, preferencias por distintos tipos de juegos y juguetes: tal vez los niños se decanten por un juego más de acción y movimiento, mientras que las niñas se pueden inclinar por juegos más sociales, donde prevalece la comunicación. Pero ni en todos los casos es ni «debe» ser así y ni mucho menos debemos discriminar a unos ni a otros en ningún sentido, valorando, una vez más, sus elecciones y preferencias, seas cuales sean.

¿Cómo orientar a los niños para que seleccionen los juguetes de Navidad? ¿Juguete educativo o didáctico?
Nuestro consejo debe ir orientado más a la variedad, la cantidad, la forma de pedir y a valores como pensar en los demás, compartir y ser respetuosos que no en orientarles hacia juguetes que entendemos que son educativos o didácticos. Todos los juguetes son educativos, en el momento en que nos ayudan a crecer y a desarrollarnos. Una bicicleta, una muñeca, un balón, una construcción o un juego de mesa, aunque no nos enseñen un contenido del currículo escolar (como las sumas y las restas), son sin ningún género de dudas, altamente educativos.

A través del juego, ¿se puede educar al niño? ¿Es conveniente que los padres les dejen ganar?
¡No deberíamos dejarles ganar! Ganar no es un regalo: se ha de conseguir con esfuerzo y paciencia. Cuando jugamos aprendemos cosas tan importantes como a tener paciencia, superar la frustración, asumir retos, aceptar normas, ponernos en el lugar del otro, valorar nuestras capacidades y enfrentar nuestras limitaciones… Asumir esa actitud de juego, en que todos entendemos y pactamos una determinada dinámica favorece todos éstos y muchos más aprendizajes que, si interferimos dejándonos ganar, por ejemplo, posiblemente no se producirán.

¿Qué ocurre con el niño que no tiene la posibilidad ni la oportunidad de jugar?
Jugar es un derecho amparado por la Declaración de los Derechos de los Niños y las Niñas, adoptada por las Naciones Unidas en 1959 y ratificada posteriormente en la Convención de 1989. Eso significa que se entiende que es absolutamente necesario para el desarrollo sano y adecuado de los niños y las niñas, quienes deberán jugar. Hemos de garantizar esa posibilidad y oportunidad de jugar, ya que de lo contrario, el crecimiento de nuestras futuras generaciones podría verse seriamente perjudicado. 

¿Qué opina de los videojuegos y de los juegos en la Red?
El juego y los juguetes son testigos de cada momento de la historia. Los avances técnicos, los valores morales, los gustos y la moda imperante quedan reflejados en los juguetes. Y vivimos un momento en que la tecnología e Internet es parte de nuestras vidas… ¿cómo no iba a estar presente en los juegos de nuestros niños? Los videojuegos pueden y deben convivir perfectamente con los juguetes tradicionales. Escogidos y utilizados con criterio y simultáneamente con el resto de tipos de juegos necesarios y propios de la edad, son ideales para desarrollar habilidades personales, afectivas y sociales; habilidades psicomotrices como la coordinación de movimientos, la orientación y organización espacial, la puntería, la precisión, la rapidez… y también habilidades y capacidades cognitivas como la curiosidad, la percepción visual y auditiva, la capacidad organizativa, etc. En este tipo de juego es importantísimo, una vez más, que nos informemos y que pongamos en manos de nuestros hijos los juegos y plataformas adecuadas para su edad. Que, a su vez, favorezcamos la compaginación de este tipo de juego con otros, y también que compartamos el juego con ellos porque será la manera en la que, desde el conocimiento y la implicación en la experiencia de juego, podremos realmente ponernos en su lugar y pactar límites y normas al respecto.

Recomendación

El placer de Jugar. Aprende y diviértete jugando con tus hijos
Autoras. Imma Marin, Silvia Penón y Maite Martínez.
Editorial Ceac.

«La educación no está peleada con el juego» CDC Clara Schumann Ong


Deja un comentario